Todos nos hemos preguntado alguna vez ¿existe vida en otro planeta?, ¿en algún lugar de la galaxia hay extraterrestres o son un mito para creer que no estamos solos en el universo?. Eso mismo se cuestiona el protagonista de la nueva película de Disney Pixar: Elio. Dirigida por Madeline Sharafian, Domee Shi y Adrián Molina, el largometraje se estrenó en los cines el 19 de junio. El film lleva de título el nombre de su protagonista, al que acompañaremos a lo largo de 99 minutos en una aventura interespacial.

Elio es un niño que sufre bullying, no tiene amigos, y tiene una relación difícil con su tía Olga, con quien vive tras la muerte accidental de sus padres. Ella trabaja de analista en un centro aeroespacial, lo que, ante una serie de eventos lleva a que Elio queda obsesionado con la vida en otro planeta. Él hará todo lo que esté a su alcance no solo para intentar comunicarse con ellos, sino para lograr su objetivo, que los extraterrestres se lo lleven.
Su vida cambiará rotundamente cuando su deseo se cumpla y sea reclutado por el Comuniverso. Un conjunto de líderes de los planetas que conforman todo el universo. Allí comparten sabiduría, intereses y conocimientos, entre otras cosas. Elio es llamado, erróneamente, como el líder del planeta Tierra. En base a eso, y para mantenerse entre el conjunto de extraterrestres, el niño tendrá que mediar en conflictos intergalácticos, con consecuencias inesperadas. Todo esto sin que las máximas autoridades del Comuniverso descubran que no es el líder del planeta Tierra y que, en realidad, mintió sobre muchas cosas que les había dicho.
La historia intentará demostrarnos, desde el punto de vista de los niños y de los adultos, cómo en los momentos difíciles puede ser más complejo vincularse entre ellos, llegando a producirse fisuras en la relación, pero que, a través del diálogo todo puede llegar a mejorar.
Si bien, la película tarda en empezar, por lo menos, hasta el momento en que los extraterrestres reclutan a Elio, es lenta, plana y sin conflicto. Luego se vuelve más dinámica y, por más que sea flojo, hay un conflicto principal. Uno de los puntos más flojos es que los problemas secundarios son más interesantes que el principal. La tía intentando descubrir qué pasó con su sobrino, o la relación rota que tiene el villano con su hijo, son mundos en los que la película no ahondó, pero si lo hubiese hecho, hubiera enriquecido de manera exponencial al film.

Aún así, nos enseña la manera de relacionarse entre dos chicos con dificultades sociales: Elio, que es víctima de bullying mientras intenta superar la pérdida de sus padres, y Glordon, su compañero de aventuras, que está encerrado, pues su padre lo considera una vergüenza y no tiene amigos. Tras conocerse, ellos harán lo que sea para ayudarse con sus intereses, tratando de hacer que su nuevo amigo viva lo más feliz posible, aunque no sea lo que se espere de ellos. El largometraje nos mostrará la valentía que posee el protagonista por anteponer el bien de los demás por sus propios intereses, sin importar que esas acciones puedan afectar de manera permanente sus sueños más profundos.
La animación de la película es de la calidad que Disney Pixar nos tiene acostumbrados. Con personajes que, además de ser enternecedores, sabrán entretener a los espectadores más jóvenes. Muy agradable a la vista, con detalles que son cada vez más precisos.
Una historia bastante simple, que posee elementos argumentales y visuales que ya se han visto en otras cintas de este mismo estilo, y de estas mismas productoras. Sin embargo, es entretenida y dinámica, y logra dejar un mensaje tanto para los más chicos como para los adultos, enseñándonos que está bien ser vulnerable y visibilizando a aquellos niños que hoy son víctimas del bullying, a los que les dice: puedes ser diferente, que aunque haya quienes no te entiendan, te aseguramos que nunca estás solo.