Wes Anderson produce una obra de arte visual pero se olvida de la historia

Luego del furor “Barbenheimer”, las salas de cine volvieron un poco a la normalidad, pero solo por un par de días, ya que este jueves 10 de agosto, se proyectó en las grandes pantallas de Argentina otro estreno muy esperado del año. Se trata de “Asteroid City”, la 11° película del aclamado director Wes Anderson.

El cineasta oriundo de Texas, Estados Unidos, cuenta con una larga trayectoria y en donde supo encontrar un sello propio y ser reconocido por un estilo visual particular. A simple vista, si uno está familiarizado con el cine, va a poder notar cuando se trata de una película de Wes Anderson, ya que cuenta con imágenes perfectamente simétricas, colores pasteles, personajes y eventos completamente anormales, surrealistas o excéntricos. Sus películas suelen ser del género comedia y dirigidas para un público adolescente, además de que suele contar con un gran elenco de actores, nombres muy reconocidos en la Academia de Hollywood.
En el repertorio se encuentran: Los excéntricos Tenenbaums, El fantástico Sr. Zorro, El gran hotel Budapest (que le valió una nominación a mejor película del año en los Óscar), Moonrise Kingdom e Isla de perros.

La película trata de una obra de teatro que está ambientada en 1955, en donde un grupo de estudiantes adolescentes y sus familias asisten a un concurso vinculado a innovaciones y observaciones astronómicas, que se realiza en un pueblo de menos de 100 habitantes que se llama “Asteroid City”. Sin embargo, durante el evento, un acontecimiento revolucionario cambiará todos los planes, generando una acumulación de situaciones absurdas.
Una historia que ya de por si no atrapa, y que por muchos momentos no vas a saber explicar que estás viendo durante el transcurso de la película. A pesar de ser un largometraje de corta duración (105 minutos), lo cierto es que la historia se hace larga y pesada.
Analizando un poco los aspectos técnicos, ahí sí que no decepciona. Como recurso cinematográfico, alterna entre escenas en color y en blanco y negro, estás últimas para mostrar lo que sucede por fuera de la historia principal, y el color es solo para las escenas de la obra de teatro que transcurre en el pueblo ficticio de Asteroid City.
Algunos recursos que generan placer al verla son sus planos simétricos, la escenografía, vestuarios de época, y los colores pastel, que no faltan en ninguna escena. Por lo menos en ciertos momentos, con esos aspectos cinematográficos, logras introducirte en el mundo de fantasía que Wes Anderson ideó.

El largometraje cuenta con la técnica de animación stop motion en ciertas escenas, como ya lo había hecho en sus películas de animación, como El fantástico Sr. Zorro e Isla de Perros, . Esto significa que el movimiento de los personajes y parte de los escenarios se recrearon en forma física para ser fotografiados consecutivamente. De todas formas, en este caso, al ser una película encarnada por personas, este tipo de animación resulta poco realista y logra cierta incomodidad al verla.
El director optó nuevamente por repetir la fórmula que tanto éxito le dio en cuanto a lo sonoro, por ese motivo, es el compositor francés Alexandre Desplat quien vuelve a decir presente en la banda sonora y ayuda a ahondar aún más sobre el estilo de este cineasta.
El elenco merece un párrafo aparte. Protagonizada por el infaltable Jason Schwartzman en las cintas del director, y acompañado por grandes nombres como: Scarlett Johansson, Maya Hawke, Margot Robbie, Tom Hanks, Adrien Brody, Edward Norton, Bryan Cranston, Tilda Swinton, Steve Carell, Matt Dillon y Willem Dafoe.

De todas formas, estos actores y actrices lo harían a uno pensar que se va a encontrar con grandes actuaciones. Pero es una de las grandes decepciones de la película. Lo cierto es que los personajes son simplemente eso, personajes. No estamos viendo a personas con sentimientos profundos o con problemas que los afecten. El cineasta decide quedarse en un lado superficial y sus personajes, como siempre excéntricos, con comportamientos raros y conversaciones incómodas, intentan hacerte reír en determinadas ocasiones pero no lo logran.
Una historia en la que solo se destacan ciertos aspectos visuales, en donde el director se encapricha en ser fiel a su marcado estilo, pero que nuevamente no logra salir de lo superficial y desperdicia todo el presupuesto y elenco que tiene detrás para realizar una buena historia.
Te vas a encontrar con admirables técnicas de grabación, pero también te enfrentas a una comedia que probablemente no te haga reír nunca, a diálogos completamente absurdos y con personajes vacíos de escasa inteligencia emocional.
De todas formas, todo esto Wes Anderson es lo que busca crear, nada de lo que yo pude haber sentido al verla se sale del libreto. Este es su cine, es lo que él busca realizar y generar sobre los espectadores. Quiere hacer películas distintas a las actuales, sin tantos efectos especiales, y en donde una vez más se casa con su estilo visual.
Es una carta de invitación de Wes Anderson dirigida a sus fans. Solo aquellos que aman su cine creo que puede gustarles esta película. Aquellos que quieran adentrarse a su filmografía solo notaran caos, y al finalizarla se preguntaran “¿Qué acabo de ver?”. Mientras que el director no esté dispuesto a encarar una nueva manera de plantear sus mundos, sus películas no podrán ser más que una obra de arte visual en las que se olvida de la historia.
Mi puntuación para esta película de Wes Anderson con millones de dólares de respaldo como presupuesto y con grandes actores a los que no se logra sacarles el jugo, es un 5/10.