Consecuencia
Jamás conocí a una chica tan hermosa como ella. Encantadora, siempre arreglada y dispuesta a ayudarte en lo que necesites. Si yo fuera un poco de lo que es ella jamás me quejaría, me amaría tal y cual soy.
Aunque… Si hubiese sido un poco de lo que era ella, me hubiera dado cuenta. Me hubiera dado cuenta de que algo estaba mal.
Sofía fue la primera en saber sobre la cuenta de confesiones que hice, y también fue la primera en decirme que era una mala idea. Pero bueno, pensé que iba a ser divertido ver como los chicos del colegio se mataban entre ellos y ¡mirá si alguien se le confesaba a alguien! No era tan mala idea si la mirabas de ahí.
Pasaron unos meses, ya la página tenía más de 200 seguidores. Las confesiones eran solo de los de primer año, que se la pasaban diciendo boludeces. Nada divertido. Un bodrio total, hasta que una cuenta privada me escribió para ver si podía confesarse. Le respondí que obvio, para eso estaba @confesionesdel13, ¿no?. Al parecer hay una chica que se está haciendo ¿»la linda»? con su novio. Ahora esto sí se puso interesante.
Rápidamente la cuenta se llenó de insultos a la piba, le decían de todo. Pensé en parar a la gente pero en el momento no me importó. A mí no me molestaba. Pero había a alguien a quien sí: Sofía. No era raro, ella jamás insultaría o denigraría a nadie como lo estaban haciendo con la «trolita» (sí, así habían apodado a la pobre chica). Ella mil veces me dijo que borrara la página y que pensara un poco en esa chica a la que todos atacaban. Y hablando de su apodo, ahora que me doy cuenta… Jamás dijeron su nombre, ¿cómo es que todos sabían quién era? O, ¿sabían quién era al menos? ¿O solo se unieron a bardearla por aburrimiento? De la forma que fuera, pobre mina.
Sofía unas semanas después de la creación de la página se enfermó. No vino al colegio, no atendía los mensajes. Cuando iba a buscarla a su casa su mamá no me dejaba verla. ¿Y yo qué le había hecho? ¿Por qué le pintó esa?. Bueno, ya se le iba a pasar, qué sé yo.
No fue una semana después que su mamá me llamó y me contó lo que pasó. No fue una semana después que finalmente mi cabeza hizo click.
Sofía se había suicidado. Sofía, mi única amiga, una chica hermosa; encantadora, siempre arreglada y dispuesta a ayudarte en lo que necesites, era la supuesta «trolita». Todos los mensajes de odio y las burlas eran para ella. Todos y cada uno de los mensajes.
Ella ya no está conmigo. Todo por una tontera que podría haber evitado fácilmente haciéndole caso una vez.
No voy a volver a ver a mi amiga. Y es todo mi culpa.
Por Mailen Suarez